miércoles, 13 de julio de 2011

Hidroterapia.


La fuente de energía más importante de la naturaleza, es el agua y esto ha sido desde los orígenes del mundo.

Sin ella es imposible el desarrollo de la vida orgánica tanto como vegetal como animal, no en vano se llamo la “Sangre de la naturaleza”, y es porque el hombre, como forma integrante de la misma, la ha utilizado para su desarrollo y desenvolvimiento, para prevenir y curar sus enfermedades.

Actualmente se mide el grado de civilización y de bienestar de una sociedad por el consumo y cantidad de agua utilizada por habitante. El uso de agua conlleva una mayor higiene que favorece el estado de salud del individuo, así como el de la colectividad en la cual se halla inmerso.


El término hidroterapia procede del griego Hydro (agua) y Therapia (curación). Se define como el tratamiento de aplicaciones externas del agua como un vehículo de calor o frío y también de acción mecánica de distintas formas (piscinas, chorros, baños, compresas, etc.) la hidroterapia es una herramienta para el tratamiento de muchos cuadros patológicos, como traumatismos, reumatismos, digestivos, respiratorios o neurológicos.





Historia de la hidroterapia

El uso del agua es tan antiguo como la humanidad, Hipócrates fue el primero en darle un empuje más racional, considerándola una ayuda a la propia naturaleza para restablecer su normal equilibrio. Dentro de los muchos procedimientos usados hasta hoy fueron puestos en práctica por él por ejemplo: los baños de vapor, las compresas húmedas, calientes, con agua de mar o dulce, etc.



Para los romanos la hidroterapia representaba una medida de prevención de las enfermedades a la vez que eran reforzante. En la edad media el uso del agua era poco frecuente, la hidroterapia decae durante esta edad.

Durante el renacimiento se publica el que se considera el primer tratado de balneoterapia, llamado De balneis et thermis, de Andrea Bacius,  pero no es hasta el siglo XVII y XVIII en que resurgen las técnicas de la medicina hipocrática y con ellas el agua.


A finales del siglo XIX y principios del XX hay un cambio característico a destacar. Se pasa de un uso empírico a un mayor interés por parte del colectivo medico-científico hacia el estudio de los efectos fisiológicos del agua tanto desde su aspecto físico como químico.





Durante la primera mitad del siglo XX el termalismo participa de los progresos de la medicina siendo objeto de trabajos de experimentación clínico-científica, pero a partir de la segunda guerra mundial será desplazado por los nuevos avances diagnósticos, terapéuticos y técnicos de la medicina comenzando una nueva etapa de declive.

Y en los últimos años hay un nuevo resurgimiento de la balneoterapia, quizás por un retorno a la medicina natural y por la importancia que están adquiriendo las terapias preventivas, por lo que la gente no sólo acude a los balnearios a sanar patologías sino que también a prevenirlas y liberarse de la sobrecarga física y psíquica que genera la vida actual.

Propiedades del agua


El agua es el elemento más abundante en la superficie terrestre, encontrándose de forma aislada en cualquiera de sus tres estados; líquido, sólido o gaseoso; o formando parte de compuestos tanto orgánicos como inorgánicos. Es la sustancia más abundante en la composición de todos los seres vivos que habitan en el planeta.

La molécula de agua está compuesta de dos átomos de Hidrógeno y uno de oxígeno. Los átomos de hidrógeno se unen al de oxígeno formando una molécula.

El agua ha proporcionado a la humanidad en su conjunto, un grado mayor de bienestar corporal y mental, así como de prevención de enfermedades, que el propio descubrimiento de medicamentos o de técnica quirúrgicas.


El agua debido a su gran número de propiedades, se puede usar de varias maneras y procedimientos,  se puede usar de varias maneras y procedimientos, con diferentes resultados, sobre nuestro organismo, y el hombre la ha aplicado con fines terapéuticos desde las más antiguas civilizaciones.

Los primeros en utilizarlos terapéuticamente fueron los sumerios y después los acadios quienes desarrollaron una cultura del agua que alcanzó hasta Hammurabi (1728-1686 a. D.C.) donde las aspersiones de agua tenían un símbolo ritual y sólo los ricos tomaban baños.

Entre los macedonios destacaba el hecho de que las mujeres se bañasen en agua fría tras el parto, ya que consideraban ésta como una medida de higiene y un sistema para evitar las hemorragias post-parto.

Los tipos de agua utilizados en la hidroterapia

Aguas sulfatadas: Son ricas en sulfatos, tienen un efecto laxante.
Aguas cloruradas: Son ricas en cloruros, se utilizan para el tratamiento de las afecciones de la piel.

Principios de la hidroterapia


La hidroterapia de divide en dos principios fundamentales: principio mecánico y principio térmico.

Principio Mecánico: La inmersión de un cuerpo en el agua va a estar sometido a dos  factores físicos que son el factor hidrostático y el hidrodinámico.

Factor hidrostático: Se basa en el principio de flotación propuesto por Arquímedes “todo cuerpo sumergido en el agua experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del volumen de líquido que desaloja”.

Del mismo modo, el cuerpo de un sujeto introducido en el agua sufre una reducción relativa de peso, que depende del nivel de inmersión y que condiciona el peso aparente corporal. Cuando el peso del cuerpo es menor al empuje, el cuerpo flota, si es igual permanece en equilibrio, mientras que si es mayor, cae al fondo.

Este principio hidrostático otorga beneficios en la inmersión:

• Permite la carga precoz (dentro de una piscina).
• Asiste a la movilización activa en caso de debilidad muscular.
• Expande el flujo sanguíneo, facilitando el retorno venoso de miembros inferiores.

Factor Hidrodinámico:

Este factor hidrodinámico nos indica que cuando se introduce un cuerpo en el agua y este se mueve dentro, va a sufrir una diferencia de presiones que produce unas turbulencias que dificultan su desplazamiento, ayudando a graduar las cargas de trabajo sobre segmentos corporales, que necesitan un tratamiento orientado a la potenciación de una musculatura débil.

Principio térmico: Este principio consiste, en que la temperatura del agua no produce en el área del cuerpo una sensación clara de frío o de calor. Cuanto más se aparte de la zona indiferente la temperatura del baño, más intensa es su acción, originándose entonces sensaciones específicas de frío o de calor.

La hidroterapia se recomienda para los siguientes casos:

•    Inmovilidad del paciente por enfermedad.
•    Pérdida de músculo por enfermedad.
•    Para promover una mejor condición física.
•    Aliviar el dolor.
•    Relajación.
•    Mejorar la coordinación músculo-esquelética.
•    Pacientes con dolor de cuello y espalda.
•    Pacientes en post-operatorio
•    Pacientes con lesiones ocurridas en el trabajo o deporte

Existen diversas técnicas en los métodos de aplicar el agua para fines terapéuticos. Aquí comenzaré a darte los diversos métodos que se aplican:

Lavados: Consiste en aplicar un paño húmedo empapado en agua fría, templada o caliente, escurrido ligeramente, sobre la superficie corporal en su totalidad o parte de ella. Producen un efecto regulador en todos los trastornos circulatorios, eliminando las toxinas y endurecen el cuerpo.

Chorros: Se caracteriza porque la salida del agua se produce por un solo orificio. En un principio se deben aplicar chorros tibios, para ir disminuyendo la temperatura según el enfermo. Los chorros de agua fría estimulan mucho más el organismo que los de agua caliente.

Los chorros, en general, producen un efecto estimulante, endurecen los vasos sanguíneos, activan el metabolismo y fortalecen los tejidos. Esto se debe realizar siempre en ayunas o después de haber transcurrido 3 horas del último alimento ingerido.

Compresas: Su efecto es térmico y suele añadirse hierbas para aumentar su efecto terapéutico.

Ducha: Se caracteriza porque la salida del agua se produce polifragmentada.

Los tipos de aplicaciones mediante duchas son:

Ducha escocesa: Se utilizan dos mangueras, una caliente y otra fría. El paciente permanece de pie a 3 ó 4 metros de distancia; se inicia con un chorro de agua caliente seguida por agua fría.

Ducha filiforme: Los orificios de salida son menores a 0,5mm de diámetro y el tiempo de aplicación es de 4 a 5 minutos. Está recomendado para disminuir las contracturas musculares y conseguir relajación muscular.

Ducha de lluvia: En este tipo de aplicación es conveniente empezar por los pies e ir ascendiendo hasta los hombros y después ir descendiendo por el lado contrario.

Baños parciales: Solo se sumerge en agua parte del cuerpo, reciben el nombre según la zona del cuerpo para la que están ideados.

Envolturas: Consta de dos paños y no deben ser impermeables al agua. La duración del tratamiento depende de la misión que tenga.

Todo tratamiento de hidroterapia debe ser indicado por un médico y se debe tener mucho cuidado con las personas que padecen:

Enfermedades con fiebre
Estados de debilidad
Enfermos terminales.
Incontinencia de esfínteres.
Enfermedades de la piel en el caso de aguas sulfatadas.
Además establecer medidas de seguridad con personas obesas, embarazadas etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ayúdanos con tus comentarios, así compartiremos mucho más.