domingo, 27 de noviembre de 2011

Diabetes. Insulina. Qué consumir.



Es una enfermedad caracterizada por un transtorno en el metabolismo de los hidratos de carbono o azúcares, debido a una insuficiencia o carencia de insulina (hormona segregada por el páncreas).

Suele provocar estados de hiperglucemia (exceso de azúcar en la sangre) y glucosuria (presencia de glucosa en la orina). Se caracteriza por déficit total o parcial de la secreción de insulina por las células pancreáticas.

Esta hormona hace que el azúcar o la glucosa de la sangre sean utilizados por los tejidos para su correcta nutrición; en su ausencia queda un exceso de glucosa libre que se acumula en la sangre.

Esta enfermedad está en relación con el nivel de vida de la población. Aparece sobre todo en la edad madura y en la vejez aunque también pueda atacar a individuos jóvenes.

Insulina

Es la hormona que estimula a las células para absorber y almacenar glucosa (azúcar) si la insulina no logra manejar la glucosa, el azúcar en la sangre llega a niveles anormales, causando estragos tales como exceso de producción de orina y sed. También debilidad, fatiga, daño cardiovascular y renal.


Las personas que padecen de diabetes pueden no tener suficiente insulina o no ser capaces de usarla correctamente. Por lo tanto, el azúcar se acumula en la sangre y fluye hacia la orina, saliendo del cuerpo sin que se haya usado. Así las personas se privan de una fundamental fuente de energía.

Muchas personas con diabetes tipo I y algunas personas con diabetes tipo II necesitan recibir insulina para poder controlar su nivel de azúcar en la sangre. En la diabetes tipo I su cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo II su cuerpo no produce suficiente insulina o también no la usa correctamente.





Tipos diabetes

Hay dos tipos de diabetes principales: el más grave y menos común de tipo I, que afecta a los niños y a veces a los adultos jóvenes, por lo general menores de 35 años.

La diabetes tipo II, conocida como insulinodependiente, es la más común (representa el 90 por ciento de los casos) y generalmente se manifiesta por encima de los 40 años. En estos casos, la persona suele tener mucha insulina, pero está no cumple debidamente su función, porque las células son resistentes a ella.

Las sobre cargas de ciertos alimentos imponen trabajo a la insulina al producir aumentos súbitos de azúcar en la sangre. Al restringir estos alimentos se mantienen más o menos estables los niveles de azúcar en la sangre.

Los antioxidantes de los alimentos, como las vitaminas C y E pueden controlar los ataques de los radicales libres sobre las células beta, las cuales empeoran la inflamación y otros daños.

Las reacciones alérgicas tardías a los constituyentes de los alimentos como las proteínas de la leche, pueden fomentar el comienzo de la diabetes I.

Es falso que la diabetes se origine por el consumo de azúcar. La verdadera causa está en la insuficiencia o nula secreción de la insulina que es la hormona que controla la forma como el organismo que metaboliza el azúcar.

Esta hormona es enemiga declarada de los azúcares a los cuales destruye mediante distintos procedimientos.

Las teorías actuales sostienen que se nace con la vulnerabilidad a la diabetes y que algún factor extremo, entre ellos la dieta, pone en movimiento los sucesos que desencadenan los síntomas notorios de la enfermedad.




Alimentos diabetes

Existe una relación estrecha entre la dieta y la diabetes, lo cual no sorprende a nadie, puesto que la enfermedad es una alteración del páncreas, la glándula encargada de producir la insulina necesaria para convertir los alimentos en energía.

Inicialmente el estómago descompone los carbohidratos en glucosa, un azúcar común. El páncreas responde produciendo la insulina necesaria para transportar la glucosa desde la corriente sanguínea hasta los músculos, donde es almacenada o convertida en energía.
Se sabe que el desarrollo de la diabetes es un proceso complicado y que no sucede de la noche a la mañana, tarda años.

Durante la fase crítica los alimentos pueden ayudar a vencer la susceptibilidad genética a la diabetes.

Los alimentos más convenientes son:

Son las legumbres verdes, verduras y hortalizas como las acelgas, col, espárragos, coliflor, pepino, calabaza, tomate, zanahoria, lechuga, nabo, rábanos, cebollas, puerros, etc.

La cúrcuma merece una mención aparte, mira este enlace.

De los lácteos, la leche, el requesón y el queso tierno son los elegidos. Pero, no en mucha cantidad ni habitualmente.

Pueden consumirse frutas como: el melón, sandía, frambuesa, plátano, naranja, mandarina, manzana y limón.

El brócoli y el cromo son una fuente excelente de cromo que hace maravillas con el azúcar de la sangre. Si sufres de diabetes tipo II, el cromo te ayudará a regular el azúcar, reduciendo la necesidad de insulina y de tomar medicamentos.

El cromo puede evitar que una persona sea victima de la enfermedad. Si tu tolerancia a la glucosa está en el nivel limítrofe, el cromo puede ser la solución.

Dieta curativa

Lo que debes evitar:

El azúcar en su derivado.
El consumo de carbohidratos (pasteles, fideos).
Emociones desagradables.
Consumir café, té y cacao.
Las frituras (pescados, carnes, huevos).
Comidas condimentadas.

Sugerencias para consumir:

Ensaladas o zumo de rabanitos.
Jugo de tomate y zanahoria.
Extracto de ortiga.
Consumir jugos de frutas.
Cocimientos de agracejos.
Cocimiento de cola de caballo.
Alimentación sana y natural.

Desayuno:

Leche de soya con miel.
Ensaladas de plátanos y ciruelas.
Agua de linaza y manzana.
Panes de cebada y camote.
Jugo de naranja con toronja.
Camotes asados o sancochados.

Almuerzo:

Sopa de tomates, papas.
Guisos de espinacas.
Ensaladas de papas cocidas y palta.
Extracto de zanahoria.
Agua de manzanilla o limonada.

Cena:

Mazamorra de maíz morado, miel y guindones.
Jugo de piña y manzana.
Agua de anís.
Galletas.

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