Ninguna parte del cuerpo es bella si no es sana. O es posible pensar en una linda piel cuando está padece de resequedad, manchas y arrugas.
De la misma manera, unos lindos ojos claros o azabache, pero con cataratas o glaucoma. La belleza, debe condecirse con la salud.
Para ser bella o hermoso, por fuera, debes ser necesariamente bello por dentro. Eso equivale a tener un buen sistema digestivo, evacuaciones intestinales, comida sana, una rutina de ejercicios eficaz y un descanso reparador.
Si cumples estos principios básicos, la belleza externa o tu carisma y magnetismo positivo, será una consecuencia de lo que lleves por dentro.
Mediante dos sencillas ecuaciones, puede averiguar cuales mujeres tienen mayores posibilidades de ser bellas, y cuales no.
Mujer u hombre sanos = mujer u hombre con posibilidades con ser bella.
Mujer u hombre enfermos = mujer u hombre con pocas posibilidades de ser bella.
Es posible aplicar estas ecuaciones a cada una de las partes del cuerpo: la piel, la boca, los dientes, el abdomen, las nalgas, las piernas, etc.
Si tú haz perfilado una imagen hermosa, de esas que cautivan las miradas de todos los hombres que pasan por tu lado, ésta es la conciencia natural y obvia de que te hayas preocupado por conservar saludable tu organismo.
Es frecuente que ignoremos muchas cosas a cerca de nuestro cuerpo, a pesar de que nos levantamos, bañamos, comemos, dormimos, caminamos, estudiamos, y trabajamos con él.
No podríamos vivir sin nuestro cuerpo, y sin embargo no lo conocemos tan a fondo como deberíamos. Por esta razón, es conveniente que tú descubras aquellas partes del cuerpo que determinan su belleza física.
Aunque las mujeres no acostumbramos prodigarles cuidados especiales, no por dicha razón esa fuerte armazón que no soporta de pies a cabeza deja de ser unos de los principales factores determinantes de nuestra elegancia, puesto que del esqueleto depende de la estatura, las proporciones entre las diversas partes de nuestro cuerpo, así como la armonía entre ellos.
Las características de nuestro cuerpo son distintas del que tuvieron las mujeres de hace 30,000 o más años.
Esqueleto
Los cambios artificiales que pueda hacerse en él son mínimos: corregir alguna deformación limando un hueso, insertando una prótesis o realizando una operación quirúrgica para reacomodar algunas de sus partes.
Pero hay algo que sí podemos y debemos hacer: cuidarlo y ejercitarlo para conservar la firmeza y la armonía de los huesos, pues estos son los que modelan nuestro cuerpo, y determinan la elegancia de nuestros movimientos y posturas, por ejemplo al caminar, al bailar, o simplemente al sentarse.
No debes hacer ejercicios por mas de una hora y 30 minutos si tienes menos de 30 años. A partir de los 50 no debes pasar de 40 minutos. Eso protegerá tu esqueleto. Las articulaciones ya no son las mismas y no se regeneran con facilidad, sino muy lentamente.
Cuando acudas a tu médico solicítale que te remita a un especialista en osteopatía, acupuntura, quiropraxia, con el fin de que se te practique un tratamiento y análisis general de su constitución esquelética. Este examen consiste en establecer las medidas del esqueleto y el estado y posición de cada uno de tus huesos.
Esto te permitirá conocerte mejor y descubrir posibles anomalías que padezcas, y podrás empezar a tratarlas para favorecer tu apariencia personal. Las respuestas tienen mucho que ver con su salud y belleza.
Ese extenso tapete que cubre el cuerpo constituye otros de los componentes fundamentales de salud y belleza. En una persona adulta la piel mide, aproximadamente, dos metros cuadrados.
Y es una de las partes del cuerpo que mayor cuidado requiere. En realidad, es decir “cuidado” es poca cosa porque, además tú necesitas mimarla y consentirla todo el tiempo.
La importancia de la piel como parte de la apariencia estética es incuestionable. Lo más importante es que tú tomes conciencia de que una piel bella depende, en primer lugar, de que tenga buena salud. La piel constituye la primera línea defensiva de tu organismo.
Los científicos han llegado a la conclusión de que más de la mitad de los problemas de la piel tienen su origen en factores emocionales: el estrés, la ira, las preocupaciones y hasta los celos perturban la circulación de la sangre y la relajación muscular, y se manifiesta en alteraciones en la apariencia de la piel: ésta palidece, se enrojece o surgen diversos problemas alérgicos y eruptivos.
Esto quiere decir que tú no debes buscar los males donde no existen, ni recurrir a remedios que no sirven. Bastará con que vivas una vida sosegada, practica regularmente ejercicios de relajación, y recurra al autocontrol de las emociones negativas como las depresiones para liberarte de las dolencias que afectan la apariencia de tu piel.
Lo anterior es más cierto aún si tú eres una mujer sensible y, por tanto, vulnerable a las reacciones psicológicas perjudiciales.
Comida sana
Si tú te alimentas bien tendrás mayores posibilidades de disfrutar de una piel sana, atractiva y reluciente. Por efecto contrario si no te alimentas bien y a tiempo, te pones a bailar en la cuerda floja las posibilidades estéticas de su piel.
Pongamos un ejemplo: si tú no acostumbras a consumir diariamente suficiente agua y alimentos ricos en fibra, terminarás siendo víctima de problemas de estreñimiento.
Al no arrojar las heces al tiempo, algunas sustancias tóxicas son expulsadas por vía sudorífica hacia el exterior. Entonces cuando aparecen inflamaciones en la piel, aparentemente inexplicables, que tienen origen en una mala alimentación.
El estreñimiento es uno de los principales problemas de la mayor parte de las enfermedades, equivale a que el la red de alcantarillado de la ciudad o de cada hogar se encuentre en mal estado. Eso trae de inmediato los problemas de salud.
Comida sana, digestión y evacuación, son de las mayores claves para tener un cuerpo bello por dentro y por fuera.
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